Suben las temperaturas, la piel se llena de perlas de sudor, es verano y es momento de decir adiós, temporalmente, a los problemas cotidianos. Necesitamos paréntesis para poder volver a conectar y recordar que lo más importante de la vida es disfrutar de pequeños placeres, que todo lo demás es accesorio. Objetivo a la vista. Hay olas meciendo la orilla.

Aquí, en Cala Pixa-Vaques, una playa recogida, íntima y llena de naturaleza y naturalidad, tienes la posibilidad de dejar las rutinas a un lado y llenarte de energía. El paraíso tiene estas cosas, que te invita seductivamente y cuando te prendes de él ya no hay marcha atrás. 

¿Un Paraíso en la Costa Dorada? Sí, no sólo las dimensiones acotadas sino también el entorno alejado del mundanal ruido y su mestizaje con el agua clara y los prados submarinos de posidonia los que hacen de este lugar del sud de Cataluña un pequeño milagro lleno de vida. Y es que la presencia de posidonia, en peligro de regresión en general en la mayoría de playas, pero abundante en ésta en particular, asegura la producción de oxígeno necesaria para que florezca la vida subacuática en este paraje. 

Por su excelente calidad del agua, por su biodiversidad y calidad de la arena así como por el respeto de los bañistas hacia la misma playa, entre otros aspectos, aseguran que la Cala Pixa-Vaques mantenga el distintivo de Bandera Azul y lo enarbole con orgullo.

Si quieres poner un pequeño paraíso en tu verano, te esperamos aquí, en Càmping Nàutic l’Ametlla de Mar.